Nunca sabrás tus límites si no te empeñas en encontrarlos
Súbito despertar en sobresalto nocturno,
de pesadilla previa vagos recuerdos,
Aturdido y lleno de temores ocultos
trato de sentir mi cuerpo,
en acto reflejo giro mis ojos,
instintivamente busco su encuentro,
mi mano tropieza y agarro su pecho
siento que llego a puerto
continúo el amarre
animado con tan feliz suceso,
recojo la vela
y lanzo mi ancla a su suelo
Placentera calma
es lo que siento
desplegar la escala
lo único que pienso
como un fogonazo
que felizmente recibo
logro desplegar completamente
mis ojos, a pleno abiertos
Descubro lo que quería
su cara, calma durmiente,
su respirar, bendita sincronía,
sus piernas en curva,
angular armonía
pese a ser conocido lo que veo,
tentado estoy de culminar mi tropelía,
y despertar tal belleza
poniendo fin a mi agonía.
Pero la calma ha vuelto,
por el calor recibido
de su yacente cuerpo.
Se transforma mi desasosiego
en plácido sueño.
Reabro la puerta de la noche
transito de nuevo
al interior de mi mente,
vacío temores internos,
la paz inunda mi alma
mientras me duermo.